Los colores primarios en la pintura son tres: rojo,
azul y amarillo; de la mezcla de ellos se forma el resto de la paleta del
pintor. Nuestro cuerpo está formado de tres grandes segmentos: cabeza, tronco y
extremidades. El día lo comprendemos en tres momentos: mañana, tarde y noche.
Entendemos el ser humano como la unidad indisoluble de cuerpo, mente y
espíritu. Vivimos el tiempo en tres instancias: pasado, presente y futuro.
Llevamos el tres marcado en nuestras mentes y eso se
expresa en nuestro modo de hablar y escribir, en base a oraciones de tres
elementos básicos: sujeto, predicado y complementos. En pensamiento lógico, el
juicio contiene tres unidades: sujeto, predicado y cópula. En la estética
visual, el artista compone y equilibra su obra con tres objetos como mínimo. En
la literatura se refleja el tres en la prosa, con la secuencia: presentación,
nudo y desenlace.
Desde los albores de la humanidad, el tres ha estado
en las culturas. Se observa la naturaleza en sus tres ambientes: tierra, cielo
y mar. Al contemplar el cielo, el ser humano ve tres tipos de lumbreras: el sol,
la luna y las estrellas. Después de siglos, la raza humana inicia su viaje por
el universo y descubre tres grandes tipos de cuerpos celestes: planetas,
estrellas y galaxias. Las huellas de Dios están en su creación; no es
sorprendente entonces, que Él sea una Trinidad.
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