Ser cristiano es algo más que cumplir normas, ritos y
mandamientos. Esto es sólo tener una religión. El religioso se preocupa de las
formas olvidándose del fondo. Nuestras tradiciones y dogmas han oscurecido el
verdadero sentido de la doctrina de Cristo y la han reducido a una práctica
superficial.
Nos preocupamos del templo, la liturgia, memorizar las
Escrituras, “nuestra iglesia”, hacer obra social, proselitismo y criticar a la
sociedad, pero olvidamos el crecimiento interior, el verdadero desarrollo
espiritual, la sanidad del alma, el perdón, la relación con el Padre.
¡Cuánto necesitamos escuchar realmente al Maestro! ¿Por
qué no nos acercamos esta noche, en el silencio y la intimidad de nuestra
habitación, y abrimos nuestro corazón a Jesús? Y nos disponemos a iniciar una
nueva vida, pero no desde lo externo sino del interior hacia afuera. De una auténtica
relación con Dios surgirán las respuestas que hace años esperábamos, que no son
razones humanas sino palabras de sabiduría espiritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario