domingo, 15 de febrero de 2015

SIETE PARÁBOLAS.


 
El Maestro a veces utilizaba las “parábolas” como técnica de enseñanza. La parábola es una narración breve con elementos sencillos, al alcance de todos, pero que encierran una verdad espiritual. A pesar de utilizar cosas y situaciones tan cercanas a sus auditores, como la pesca, la siembra, el trabajo, el dinero, etc.; no todos lograban captar su significado. Sus discípulos, cuando estaban a solas con él, le consultaban y pedían que les explicara el significado y él, con amor y paciencia se las exponía.
Usted puede leer en un capítulo del Evangelio siete hermosas parábolas: la parábola del sembrador, la parábola del trigo y la cizaña, la parábola de la semilla de mostaza, la parábola de la levadura, el tesoro escondido, la perla de gran precio y la red. Algunas incluyen la explicación que Jesús dio a sus discípulos.
En aquella época, los maestros y filósofos reunían a un grupo de discípulos y les enseñaban sus verdades. Es lo que muchos han llamado doctrina “esotérica”, es decir oculta o misteriosa. Algo similar hizo Jesús. Comunicó su enseñanza oralmente a los discípulos, a veces en forma de parábolas, y sólo para que la entendieran los que estaban espiritualmente preparados o maduros para asumirla. Un día sus discípulos le preguntaron: “... ¿Por qué les hablas por parábolas? / El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.” (San Mateo 13:10,11)
Las cuatro primeras parábolas de este capítulo las contó al aire libre, junto al mar, a mucha gente en la playa, desde una barca. Son parábolas “exotéricas”, es decir que tratan el aspecto externo del Evangelio, la transmisión de la palabra de Dios y su efecto en las personas.
En cambio las tres últimas las cuenta sólo a sus discípulos dentro de la casa. Son parábolas “esotéricas” en el sentido que tratan sobre asuntos escondidos. Presentan el Evangelio como algo oculto y muy valioso, más la consecuencia fatal de desoírlo. Le invito a leer estas parábolas en el capítulo 13 del Evangelio de Mateo.

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