El yugo de Jesús es fácil, consiste tan sólo en ser el buey
humilde que le reconoce a Él como guía, Señor y compañero ideal, pues el
Maestro pasó muchas desventuras, rechazo e incomprensión. También Él fue puesto
a prueba y tentado, pero jamás flaqueó ni cedió ante el pecado.
Junto a nosotros va Cristo tirando la misma carga. Esta
carga, que son las enfermedades y pecados del mundo, los problemas de la vida y
del ser humano. Pese a ser tan pesada, para el verdadero discípulo es muy
ligera.
Nótese que en esa carga va también tu propio fardo de
debilidades, pecados, culpas, heridas, traumas y complejos. Pero, repito, no
estás solo ni abandonado. Jesús es tu compañero ¡Ánimo!
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados,
y yo os haré descansar. / Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que
soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; /
porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga." (San Mateo 11:28-30)
No hay comentarios:
Publicar un comentario