domingo, 22 de febrero de 2015

LA VERDADERA GLORIA.


 
Buscar los aplausos, el ser elogiado y salir en la página social, tiene su pago y es la vanagloria, un éxito hueco que consiste en el ser admirado. Esto sólo trae vanidad y orgullo, sentirse muy especial figurando en forma destacada entre la gente. Pero ¡ay! cuando se cae, cuando el hombre o la mujer dejan de ser famosos, cae en el descrédito y luego en el más absoluto anonimato.
No busquemos la propia gloria sino que sea levantado el nombre de Jesús para que otros se salven de las tinieblas del egoísmo y la vanidad humana.
Es bueno el éxito, pero demasiado es desagradable, apesta. Bien dice el escritor de Proverbios "comer miel no es bueno" y luego agrega "ni el buscar la propia gloria es gloria". Porque es un engaño de sí mismo pensar que la fama entre los hombres es la gloria. No, esto es vana - gloria. La verdadera gloria es nuestra salvación.
Este proverbio debería tenerlo en cuenta todo artista, todo hombre o mujer que camina hacia el éxito en la política, en la ciencia o el deporte. Es una voz de alerta que nos envía nuestro Señor y Maestro: “Comer mucha miel no es bueno, Ni el buscar la propia gloria es gloria.” (Proverbios 25:27)

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