miércoles, 11 de febrero de 2015

SANAR DE UN ABUSO.




¿Cómo superar el trauma de haber sido abusado/a sexualmente en la infancia? Este es uno de los problemas más graves que puede sufrir una persona. La mayoría de las veces el niño o joven no lo comunica a sus padres u otras personas mayores, por miedo y vergüenza. Tal vez ha sido amenazado por el abusador o siente la culpa de haber permitido la situación. Muchas veces el niño desconoce que aquello que ha hecho con un adulto es algo malo y el sentimiento de suciedad y culpa surge después, cuando tiene mayor discernimiento moral.
Estas personas arrastran su problema durante años, hasta que se ven enfrentados a relaciones sentimentales que no pueden consumar sexualmente porque les estorba el recuerdo y la culpa. Asocian sexo a suciedad, depravación y se sienten inmundos o incapaces de tener una relación normal. Otros dudan de su condición de hombre o mujer y creen sentir atracción por el mismo sexo, sin ser homosexuales.
Ayudar a superar estos traumas no es fácil. Deben ser asistidos por profesionales que les lleven a enfrentar sus recuerdos, sacar la rabia, el miedo y la vergüenza, pero sobre todo la culpa. Sólo así podrán establecer relaciones felices con su pareja y transmitir a sus hijos una idea sana de la sexualidad como también implementar en ellos actitudes preventivas contra el abuso.
La comunidad cristiana puede jugar un papel importante en la sanidad interior de estas personas, dándoles a conocer el perdón de Dios. Nuestro Creador desea que experimentemos completa sanidad de nuestra alma o psique. La confesión de pecados y culpas a una persona espiritualmente madura, un ministro o líder que tenga la suficiente apertura mental y misericordia para escuchar sin sancionar, es altamente positivo. La fe en un Dios que nos ama y que quiere restaurar las vidas dañadas, es muy sanadora. El apóstol Santiago enseña algo muy práctico que puede ayudarnos a enfrentar mejor este problema: “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. / ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. / Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. / Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” (Santiago 5:13-16)

No hay comentarios:

Publicar un comentario