domingo, 1 de marzo de 2015

LA MORALIDAD EN EL EVANGELIO.


 
A veces la religión se reduce a un montón de “lo que debes hacer” y si no lo haces estás mal. Religión y Moral se unieron en los tiempos de Moisés. La Religión tiene por propósito re-ligar, es decir volver a unir al ser humano con Dios. La Moral indica lo que es bueno o malo para una cultura determinada. La pregunta es si nuestra religión cristiana está más interesada en reconciliarnos con Dios o en que nos comportemos bien. Para responderla vamos a las enseñanzas de su fundador: Jesucristo. Nos limitaremos a revisar sus palabras en los cuatro Evangelios.
Examinando cuántas veces aparece la palabra “mal”, nos encontramos con 34 en el Evangelio de Mateo; 6 ocasiones en Marcos; 16 en Lucas; y 7 en Juan. En total la palabra “mal” en boca de Jesús, es registrada 63 veces.
Examinamos la estadística de la palabra “bien” en los Evangelios y resultó así: 4 veces en Mateo; 3 en Marcos; 5 en Lucas y sólo 1 vez en Juan. Total: 13.
Hasta aquí podríamos decir que se registran más las ocasiones en que el Maestro se refiere al mal actuar o mal pensar, 63 veces; contra las veces que se refiere a lo bueno: 13. En todo caso esto es apenas un esbozo, pues habría que revisar otras alocuciones como: bueno, malo, amor, pecado, en fin todos los términos que nos hablen de asuntos morales. No alcanzamos a responder en estas líneas la interrogante acerca de Religión y Moral en la doctrina de Jesús. Lo intentaremos más adelante. Como sea, es evidente que hay una preocupación por la moralidad en los escritos evangélicos.
De estos 76 (63 + 13) versículos morales escogimos algunos muy interesantes para reflexionar:
 “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?” (San Mateo 7:11)
“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.” (San Mateo 15:19)
“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas.” (San Lucas 11:34)
“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.” (San Juan 17:15)
“Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” (San Mateo 5:44)
“Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo.” (San Lucas 6:33)
“Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.” (Lucas 6:35)

 

 

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